Últimamente se ha disparado el debate sobre la crueldad animal, especialmente en la “Fiesta Brava”. Lo anterior me llama la atención porque me hace preguntar por lo que se conoce como “crueldad” animal, y hasta qué punto consideramos algo cruel.
La semana que pasó – y todavía en este fin de semana –, las fiestas taurinas en Colombia se han celebrado bajo un fuerte cuestionamiento de parte de un sector de la población, uno cada vez más grande y más joven. Tanto ha sido, que figuras políticas de la talla de Gustavo Petro, han manifestado el llamado a un debate sobre las fiestas de toros.
Ahora, muchas son las razones a favor y en contra de la tauromaquia, pero la cuestión de la “crueldad animal” es lo que me causa mayor curiosidad.
En la película de Disney, Los 101 Dálmatas (1961), Cruella de Vil quería a los cachorros dálmatas para hacer un abrigo. Claro, es la cara maléfica de la moda, y del mercado. Ella quiere una piel “hermosa”, que esté a la altura de lo que se consideraba: una mujer sofisticada y moderna.
En el siglo XXI, un capítulo de Futurama –no recuerdo cual –, un grupo de activistas era reprendido por su líder al aplaudir, ya que los aplausos podrían afectar a formas de vida a nivel celular.
Dos extremos: la “crueldad” por la moda; la paranoia en salvar a todos los seres vivos.
En las corridas de toro la realidad es mucho más compleja de lo que se muestra. Detrás de las corridas –y con ello la muerte del toro –, no solo hay un tradición de siglos, en la cual hay una serie de rituales de prueba, iniciación y paso en el torero, sino que inclusive, hay todo un arte alrededor de ello, desde el cómo debe ser la elaboración y colocación del traje, hasta de la selección, creación y crianza del toro.
Algo nos pasa cuando no escandalizamos y damos golpes de pecho por la fiesta brava, pero no con las compañías productoras de carne. Al debate le falta algo. ¿Por qué se defiende un tipo de “crueldad” y mientras la otra no? ¿Hay crueldad válida? ¿No es válida la crueldad porque son animales inteligentes? ¿Porque “se parecen” a nosotros merecen mejor destino? En ese sentido, ¿Si merecen crueldad los animales que no son “iguales a nosotros”? Y si vamos al extremo, ¿Comer animales nos hace crueles? ¿Está bien utilizar sus partes para labores de la vida diaria?
Caballero incluso afirma que “Todos los animales padecen dolor por culpa de los hombres. Y todos mueren. Solo la muerte inevitable de los toros es digna: en la pelea. No en la ejecución infame y sin defensa a la que son sometidos todos los demás.”
Es más, puede que de fondo no esté la cuestión de la "crueldad" en sí, sino el que se nos muestre, el que podemos observarla, verla, el que nos recuerden que existe, que es inevitable: tal vez es eso lo que nos incomoda.
Imagen: "Toros y Toreros" de Pablo Picasso
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